Niebla, viento, lluvias y en según qué zonas de nuestro país incluso hielo, son fenómenos meteorológicos propios de la estación otoñal que pueden aparecer y cambiar de un momento a otro, dificultando nuestros trayectos en carretera.

Además, las horas de luz diurna disminuyen, por lo que los riesgos de accidente de la conducción nocturna aumentan proporcionalmente.

Es por esto que en MOTORJERICA hemos recopilado varios consejos muy sencillos y prácticos con el fin de que afrontes la conducción durante este periodo del año en las mejores condiciones de Seguridad Vial posibles.

MÁS VALE PREVENIR…

Antes de emprender cualquier viaje es necesario realizar una revisión básica para poner a punto nuestro vehículo:

. VISUALIZACIÓN.
Comprobar escobillas, alumbrado y espejos es de vital importancia, así como mantener limpios los cristales y los reflectantes en buen estado de conservación. Al anochecer mucho más temprano, los faros en esta época del año se hacen imprescindibles si queremos ver bien nuestro camino y ser vistos por el resto de usuarios de la carretera.

. ELEMENTOS MECÁNICOS.
Revisar los frenos, así como el nivel del aceite, del líquido de frenos y del lavaparabrisas es esencial.

. NEUMÁTICOS.
Comprobar la presión de las ruedas, el dibujo y profundidad de sus ranuras (mínimo 1,6 mm) asegurará una buena adherencia a la carretera y evitará sustos innecesarios. Si viajamos a zonas montañosas, es aconsejable montar neumáticos de invierno, ya que en esta época del año aparecen las primeras heladas.
No debemos olvidar llevar rueda de repuesto en buen estado o un kit de reparación de pinchazos en su defecto, así como también chalecos reflectantes y triángulos de emergencia.

. LA INFORMACIÓN ES PODER.
Además de la revisión de nuestro vehículo, sería conveniente informarnos de las condiciones meteorológicas antes de viajar para poder anticiparnos a cualquier situación adversa. Para ello,
puedes consultar en el Servicio de Información de Tráfico:
• Internet: www.dgt.es
• Teléfono: 011

DURANTE EL VIAJE…

Lo mejor es esperar a que pase cualquier circunstancia meteorológica adversa para salir de viaje. Cuando esto no nos sea posible, tendremos en cuenta varias cosas, como adaptar la velocidad a las condiciones en todo momento:
. Si hay viento, tendremos especial cuidado en adelantamientos a camiones, ya que pueden desestabilizarnos.

. Si durante el trayecto llueve, es muy importante que de vez en cuando pisemos suavemente el freno para secar la humedad de las pastillas. No debemos frenar nunca de forma brusca con lluvia, pues podríamos sufrir un desagradable aquaplaning. Encender las luces de cruce cuanto antes con lluvia también es un punto a tener muy en cuenta. Aunque haya parado de llover, si hay charcos, debemos tener en cuenta atravesarlos con una velocidad constante para evitar que el agua entre en el tubo de escape y cause daños en nuestro vehículo.

. Con niebla advertiremos de nuestra presencia encendiendo las luces antiniebla. Si es tan espesa que dificulta la visibilidad, tomaremos como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada y orientaremos la calefacción hacia los cristales para evitar el vaho. Prestaremos especial atención a bicicletas, motos y peatones, ya que tienden ser menos visibles y podemos arrollarlos.

. En lugares donde hay placas de hielo, extremaremos todas las anteriores precauciones.

. En muchas zonas de nuestro país pueden cruzar animales de manera imprevista por la carretera, sobre todo en las horas al amanecer y al atardecer. Por eso son un factor a tener en cuenta a la hora de extremar las precauciones, con el fin de proteger su integridad y la de todos los ocupantes de tu coche.

 

Estamos seguros de que si sigues todos estos consejos y cumples las normas básicas de seguridad al volante, podrás disfrutar de unas salidas de otoño sin incidentes.